La productividad es un término que se utiliza constantemente, en todos los ámbitos y sectores. Está en boca de todo responsable de empresa que se aprecie y es utilizado por speakers o ponentes que desarrollan discursos centrados en liderazgo y motivación profesional.
Sin embargo, ¿A que nos referimos cuando hablamos de productividad en el ámbito laboral?
En definitiva, ser productivo implica mantener una organización de las tareas y aprovechar al máximo las horas de trabajo con el objetivo de obtener mejores resultados.
Debemos pensar en pequeño para ser diferentes y a la vez, en grande para ser ganadores. Cada parte suma y nuestra productividad depende de los pequeños gestos que facilitan nuestra tarea diaria y la grandeza de contemplar puntos decisivos que cumplan con nuestros objetivos marcados. De esta manera, señalar que debemos pensar en grande, pero dando pasos pequeños con firmeza.
Vivimos en una sociedad inmediata, donde todo ocurre a un ritmo acelerado y los resultados deben ser visibles a corto plazo. La inmediatez ha acaparado nuestra estructura social y laboral, y lo percibimos a todas horas. El simple hecho de enviar un mensaje instantáneo a través de una aplicación móvil y esperar una respuesta rápida de nuestro receptor; o incluso cuando nos proporcionan un argumentario de Televenta y nuestro coordinador espera que realicemos una venta pronta y, así proporcionar un beneficio para la empresa.
La vida es una carrera de fondo donde se hace necesaria una disciplina y estabilidad en todos los sentidos. Las acciones que desarrollemos hoy, desencadenarán consecuencias en un futuro, por lo que hay que aprovechar cada minuto que pasa y medir su efecto para eliminar posibles desviaciones.
Terminamos esta entrada con la propuesta de dos acciones que aumentarán nuestra capacidad y motivación para afrontar el día con ganas y sacar provecho de nuestros picos de energía.
- PLANIFICACIÓN LÓGICA
Es a primera hora cuando debemos planificar la realización de las tareas más importantes del día, ya que es el momento en el que nuestro cuerpo y mente están preparados para digerir con claridad y máxima autoestima. Si realizamos otras tareas irrelevantes, perderemos un valioso tiempo que podría ser utilizado en acciones que nos hagan progresar, cayendo en distracciones y tareas que desencadenen en situaciones problemáticas que no nos harán avanzar.
- REFUERZO CONSTANTE
Debemos reforzar la autoestima a lo largo de toda la jornada y para ello, proponemos dividir las tareas a realizar, con el objetivo de evitar caer en situaciones de agobio y frustración, midiendo el comienzo y el final de cada una de ellas. Este hecho proporciona comprensión y lucidez en el desempeño de cada una de las partes.
Arriesga con una propuesta laboral productiva, seguro que será todo un éxito.